viernes, 18 de septiembre de 2009

Consejo de seguridad

Esta mañana estrené el saco que mi abuela y mi tío me regalaron para mi cumpleaños. Cuando fui a su casa a desayunar me dijeron que me quedaba muy bien, que qué lindo que era, lástima que no tenía un collar haciendo juego (ese fue mi tío) y ahí nomás empezaron a pensar si me podían prestar algo de la abuela (no sé si lo dije acá antes, pero mi abuela es muy coqueta). Que había un collar rosa, nogracias, que tal vez un prendedor, nonohacefaltagracias, que está el pinche ese que le regalaste hace un tiempo a la abuela, de hueso y de alpaca, o plata, no sé.
—Es peligroso —dijo mi abuela.
—Sí —explicó mi tío—, ella no lo usa porque el pincho es así de largo, y grueso además.
—Ella se acuerda —le aclara la abuela—, si ella me lo regaló.
—Te regalé un arma —intervine.
—Un arma, sí. Lo podés llevar y cualquier cosa: "te pincho con esto" —y hace un gesto de ataque.
Se queda por un momento y después agrega:
—No, cualquier cosa, no decís nada. Pinchás y listo. Sin avisar.

1 comentario:

Alexandra dijo...

jajaja no no!! es muy divina tu abuela!!!! me he enamorado de tus historias, son preciosas!!