viernes, 22 de enero de 2010

Deseos

Mi tío me está contando que está desganada, que el médico le hace cara de "qué quiere que le diga, yo la encuentro bien", y que le dio un nuevo remedio que según él (mi tío) es el que toman los millonarios para sentirse jóvenes y que desde que lo empezó a tomar tiene mejor la memoria y está un poco más animada. Mi abuela, mientras mi tío me cuenta, hace cara de nada.
Mi tío también dice en voz alta que ya le compró las papas fritas que ella quería, pero que le había pedido algo más que ninguno de los dos se acuerda.
Mi abuela argumenta:
—Bueno, tenía ganas de comer papas fritas, ¿y qué?
Pirucha (80 años, sobrina de mi abuela que viene cada tanto a quedarse unos días con ellos) aclara:
—Unos zapatos le ibas a comprar ayer. ¿Para qué querés comprar más zapatos? ¿Qué quiere, tía, irse a bailar?
Todos nos reimos. Mi tío dice:
—Es que se queja de todos los zapatos que tiene. Y me pide papas fritas, como los chicos.
—Traele un chupetín —acota Piru.
Risas de mi abuela especialmente, y agrega:
—Vamos a bailar, ¿por qué no?
Muchas risas. Piru pregunta:
—¿Un novio quiere conseguirse?
Y mi abuela contesta, de pronto muy seria:
—No te digo que no lo pensé.
 

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